Yo soy muy devoto de Jesús Nazareno de La Merced. Me consuela tanto ver esa mirada; pero al mismo tiempo me hace salir de mi conformidad y comodidad para entregar el servicio de una cruz y de atender a los necesitados. Esa mirada la encuentro ahora también en los que sufren; en los que están solos y agobiados. Seamos ese reflejo del Nazareno de los antigüeños por los antigüeños.